No volví a decir su nombre nunca desde que se fue.
Sumergida en la distancia fría de un amanecer.
Se llevó la luz de mi alma y todo lo que pudo ser,
pero anoche, como cada noche, la soñé.
Yo no duermo en la caricia de su desnudez
ni me viene a ver la luna lejos de su piel.
Despierto en esta indecisión de no poder decir adiós,
pero anoche, como cada noche, la soñé.
Ella sabe que la quiero y que no la voy a olvidar,
que no hay día que no pueda imaginar que vuelve.
Hace tiempo ya le di mi corazón,
pero anoche, como cada noche, la soñé.
Simplemente si la miro vuelve a renacer,
desde el último suspiro, la primera vez
y siento que no terminó, se fue, pero no me dejó,
porque anoche, como cada noche, la soñé.
Ella sabe que la quiero y que no la voy a olvidar,
que no hay día que no pueda imaginar que vuelve.
Hace tiempo ya le di mi corazón,
pero anoche, como cada noche, la soñé.
Ella sabe que la quiero y que no la voy a olvidar,
que no hay día que no pueda imaginar que vuelve.
Hace tiempo ya le di mi corazón,
pero anoche, como cada noche, la soñé... ¡Otra vez la soñé!
Ella sabe que la quiero y que no la voy a olvidar,
que no hay día que no pueda imaginar que vuelve.
Hace tiempo ya le di mi corazón,
pero anoche, como cada noche, la soñé...
¡Conmigo! ¡Conmigo! ¡Conmigo!